Locos x el Mate hay en todo el mundo… Y nuestra comunidad los reúne. Lo bueno es que a la distancia podemos vivir anécdotas de materos que viajan compartiendo esta pasión. Como Cosme Araya, un matero de alma que nos contactó para mostrarnos las fotos de sus viajes, junto a increíbles relatos con anécdotas de cada lugar del mundo que recorrió junto a su mate.
En esta nota, compartimos un fragmento del blog «VIAJANDO POR LA VIDA» de Cosme Araya , un Loco x el Mate que se define como «destinado a incentivarte a viajar», y que escribe para contarle al mundo todas las cosas buenas que vive junto a esta infusión. ¡Agradecemos por compartir su historia!:
«Dicen que los nativos llevaban junto a sus armas una pequeña bolsa de cuero, en la que guardaban yerba mate, hojas trituradas y tostadas que masticaban o servían como infusión en una calabaza y cuando la bebían, usaban los dientes para filtrar la yerba, o también un canuto, para succionar la infusión, según decían les otorgaba energía y valor para las batallas, como así también para las labores diarias y las largas marchas, esto ultimo me identifica mucho, ya que me encuentro realizando una larga marcha, por este hermoso continente, y el mate es mi mejor aliado.
Creo que no hay mejor compañero para un viaje que el mate, mi mate…. ese recipiente de madera, trizado por todos lados, pintado y despintado, que me acompaña desde que comenze esta aventura, hace muchos meses atrás.
El pobre esta desgastado pero sigue ahí proporcionando calor y buenos momentos, tan difícil se hace a veces llenarlo, ya que a medida que subo por esta hermosa Latinoamerica la yerba se consigue cada vez menos.
Siempre formo gran parte de mis viajes, en cada bus al que subí siempre me acompaño, fue mi desayuno, mi arma contra el hambre, una herramienta integradora, ya que gracias a el conocí y compartí con mucha gente, por que el rompe esa barrera, esa pared invisible que hay entre las personas, que se cae luego de compartirlo, el no hace distinción de sexo y raza solo esta ahí para brindar buenos momentos.
En cada país que pise siempre tuve alguna situación graciosa con este cuenquito de madera que tiene el aspecto de una pipa, nunca falta alguien que te preguntan ¿que estas fumando?, jajaja o te dicen ¿que eso es droga?, en las fronteras, cada vez que te revisan la mochila, nunca falta el policía que te pregunta ¿que es esa hierba que usted lleva?
No importa donde vaya, el siempre tiene un lugar en mi mochila, por que asi lo quiero, lo quiero conmigo en cada lugar que piso, en cada paisaje, quiero que el sea parte de esos momentos.
A continuación les dejo unas pequeñas anécdotas que viví con mi mate en algunos países que visite.
Austria….Miradas penetrantes.. un día, en Viena, camino al palacio de Schönbrunn arriba del subte sentado frente a tres señoras de unos setenta anos, que me clavaban la vista con una cara de asombro y horror, mientras yo me deleitaba con unos amargos, me imagino que pensaban que me estaba drogando muy temprano y encima en el subte…jaja.
Italia… una gran pipa… estaba a orillas de un río disfrutando de unos mates, en una pequeña playa, cuando de repente apareció un Australiano, como desesperado, mirando mi mate, con una especie de furia y alegría, preguntando si el también podía fumar..
Ecuador… el gran regalo… Trabajando de voluntario, en el hostel Cordillera de los Andes, recibí un regalo increíble de mis jefes, un termo nuevo y un kilo de yerba, que felicidad mis estimados.
Colombia… el mate y los “grossos”… Caminando por el barrio San Antonio de Cali, a la carrera un hombre me decía, Eso es mate, eso lo toma Messi y el Papa no?…
Panama… policías buscando hierba… Después de haber revisado toda mi mochila, se dedicaron a revisar minuciosamente un paquete de yerba, volcando gran cantidad de la misma, con la escusa de que podría haberla mezclada con marihuana.
Así son los viajes, con el mate, para los argentinos, los uruguayos, con el es como si lleváramos un cartel informándole a los demás nuestras nacionalidades, cargamos a cuestas una gran parte de nuestro folclore, y así lo disfrutamos, es toda una odisea conseguir la yerba, pero tampoco es imposible, siempre la encontramos, y así somos felices disfrutando de este ritual diario, y sobre todo somos felices de compartirlo, por que esa es la idea, como les contaba antes, el mate hace amigos, en este loco viaje que es la vida.
Les mando buenas energías desde las costas del Pacifico panameño, disfrutando de unos buenos mates amargos, hasta la próxima amigos muchos abrazos!»
Mate, en un tren rumbo a Austria.
El mate…y mi renola, en un viaje por Mendoza