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De Arizona a la Argentina para escribir la historia yerbatera

Julia Sarreal es profesora universitaria e investigadora de la Universidad de Arizona, -“Arizona State University”-, de los Estados Unidos. Pero reside en la Argentina desde hace poco tiempo para investigar, en tan solo un año, la historia económica del país en relación con la producción y consumo de la yerba mate.

Durante seis semanas recorrió yerbales, secaderos y rutas misioneras y correntinas, indagando sobre el oro verde y tomando mate según el uso criollo, fuerte, sin azúcar.

Radicada en Buenos Aires con sus hijos,  dio una entrevista y esto fue lo que contó sobre su trabajo, en una ronda de verdes:

¿Cuál fue tu primer acercamiento a la yerba mate?

– Yo no sabía nada del mate hasta que con mi esposo fuimos a vivir al campo en Paraguay, desde 1998 hasta el 2000. Allí hicimos trabajo voluntario con el Cuerpo de Paz (en inglés Peace Corps*), exactamente en Curuguaty, departamento de Canindeyú, y en ese momento tuve que tomar mate y tereré, y me gustó mucho. Desde aquel tiempo yo estaba interesada en la yerba mate. Pienso que es una costumbre única, muy distinta a otras. Entonces decidí hacer un estudio al respecto.

¿En Estados Unidos tomas mate?

– Yo sigo consumiendo de la forma tradicional, con mate y bombilla junto a mi esposo. Las personas cuando nos ven tomando mate, nos preguntan: ¿Qué es? Les resulta muy raro, sin embargo nosotros lo seguimos tomando de esta forma. Pero lo que resulta novedoso es que tengo un amigo hip (a la moda), en Phoenix,  Arizona, dónde tiene un restaurant hip y él dice que tomar mate me vuelve hip, porque está de moda. Hay mucho interés en la yerba, más en su presentación como (modalidad de consumo en taza como el) té.

¿Qué te motivo a escribir sobre la historia económica argentina partiendo de la yerba mate, que se produce en dos provincias de un país con un territorio extenso?

– El enfoque de la historia argentina siempre está puesto en el trigo, en el ganado y en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, yo creo que Argentina es un país extenso, con regiones muy distintas, entonces la yerba mate es algo propio del país, y sale de los enfoques tradicionales de la carne o los cereales, además, puede dar un análisis interesante de la historia económica. Yo hice mi tesis doctoral, en la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, sobre las Misiones Jesuíticas. Mi especialidad es la época colonial del Río de la Plata, por eso al principio pensé que mi estudio sería en este período, que es muy interesante y lo voy hacer. Pero, cuando estuve investigando, leía y pensaba más en el estudio, comprendí que si me quedo en la época colonial resulta incompleto, porque en los siglos XIX y XX hay hechos muy valiosos en la yerba mate. Empecé a conocer sobre la historia de la yerba mate con las Misiones Jesuíticas.

En el recorrido de la historia e investigaciones que llevas hecho, ¿qué es lo que más te interesa?

– Por mis estudios, observé que en el siglo XX el consumo per cápita cayó en la Argentina, principalmente en Buenos Aires, cuando se lo remplazó por el café. Las familias de clases medias, tomaban el mate en las casas, no en el trabajo, tanto que dejó de ser una costumbre social. Ya en los años 80 empezó a crecer el consumo por persona. Me resulta interesante que a mitad del siglo XX, en las oficinas no se tomaba mate, y estaba casi prohibido. Ahora, especialmente en Buenos Aires todas las oficinas tienen yerba mate. Es notable como cayó el consumo, si bien luego comenzó a crecer de a poco. Estuve por Misiones y Corrientes por seis semanas visitando varios lugares. Y encontré que para mí es buenísimo como la gente está abierta  a contarnos cómo lo hacen. Hice entrevistas y hable con mucha gente, y siempre están tomando mate. En Oberá entrevisté a integrantes del Movimiento Agrario Misionero (MAM), a personas relacionadas con las luchas de los años setenta. Me interesa conocer: ¿Por qué se juntaron? ¿Qué pasaba? ¿Por qué las luchas? ¿Cuáles eran las metas? Allí la iglesia Católica tuvo un papel importante, ya que al principio fue con gente involucrada con el Movimiento Rural Cristiano. Supe que se pedía mejor precio, el reintegro de dinero por parte del mercado consignatario, y además, trabajaban en cuestiones sociales relacionada a caminos, y hospitales. Pienso que hay que indagar en las raíces del Movimiento.

¿Mientras estuviste en Misiones y Corrientes visitaste yerbales? ¿Entrevistaste a tareferos?

– Sí, tuve un gran privilegio. Un productor me invitó a visitar su cosecha, vimos una cuadrilla trabajando de una forma más tradicional, lo hacían con serruchos, no tenían tijeras eléctricas ni guinches. Allí hable con el productor, con el cuadrillero y los tareferos. Yo vi cómo se hacía la tarefa y tome muchas fotos. Tuve la oportunidad de ver como los peones aplicaban los insecticidas y limpiaban la maleza. Visité yerbales de alta y baja densidad, algunos abandonados. Para mí es muy importante estar y ver todo, porque si bien escribo sobre la historia económica, es necesario hablar con quienes trabajan con ella. Entrevisté a productores grandes de la Ruta Nacional 12 y pequeños sobre la Ruta Provincial 14. Y visite empresas grandes y cooperativas para poder tener una visión más amplia de la producción.

¿Por qué crees que las universidades de Estados Unidos financian investigaciones de este tipo?

– Cuando yo hablo de mi investigación sobre la yerba mate ocurre algo que me da mucha alegría, genero interés en las personas. Cuando yo conté sobre mi doctorado y estudios con las Misiones Jesuíticas, a todos les gustaba pero enseguida pasaban a otro tema, ya se sabe al respecto. Ahora cuando yo cuento, en la universidad, sobre mi proyecto de la yerba mate, aquí o en Estados Unidos, todos quieren saber más, y la conversación sigue. Hay mucho interés. Yo incluso recibí desde la Universidad una beca para ir a España, y así estudiar la época colonial de la yerba, desde sus archivos en Sevilla o Madrid, donde hay mucho material del Imperio español. Lo cierto es que cuando presente mi proyecto había mucho interés. Ahora el problema y el desafío es definir cómo hacer el estudio. Se puede elegir hacer la historia, la cultura del consumo, la historia económica o regional. Hay mucho por contar, y despierta interés. Los estudios sobre los alimentos están muy de moda en los Estados Unidos, y con la globalización la yerba mate tiene importancia. Porque en mi país estamos aprendiendo mucho de la comida, música y bebida de otros países, y el mundo consume nuestras costumbres. En la mirada global la yerba es relevante.

¿Mate amargo o dulce?

– Amargo

¿Tereré de agua o con jugo?

– Tereré de agua, especialmente porque vivo en el desierto de Arizona donde hace mucho calor, y las temperaturas rondan los 40 grados. Siempre es mejor con un poco de menta, cedrón o limón.

 Fuente:  Nea Rural

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