Novedades

Cortitos

Mariela Molinero

«Estando de vacaciones en Carlos Paz,  decidió no llevar el Mate para no cargar con un bolso más , pero al final no me quedó otra que comprar en el super  un termo, un mate y yerba».

 

Patricia Gonzalez

«Amo el Mate desde chica, empecé tomando Mate con mi abuela, tomabamos Mate de cascarilla, y hoy tomo Mate amargo».

 

Angélica Villaroel

«Vacaciones en la playa, con ganas de tomar unos ricos Mates con churros y darnos cuenta que nos habíamos olvidado el Mate, terminamos pidiendo un Mate prestado».

 

Edith Zenteno

«Me acuerdo que una de mis amigas se le ocurrió ponerle vino al Mate, todas las demás preguntaban por qué tenía tanto gusto a raro el Mate».

 

Rosa Sabina

«Para poder terminar de despertarme tengo que tomar unos Mates, resulta que un día tuve que entrar a las 5am a mi trabajo, preparé el Mate y como siempre le puse una cuchara de coco rallado y salí. Cuando me subo al bus, cebé el primer mate y como es costumbre aquí en Paraguay, decimos que el primer Mate es para Santo Tomás, el problema fue cuando cebé el segundo, no lo pude ni tragar porque me dí cuenta que le había puesto sal gruesa en vez de coco, ¡¡me quise morir!!».

 

Mirta Nelly Villalba

«De vacaciones en Salta con mi mamá. Pasaron los 2 días de vacaciones y le  empezó a doler la cabeza, a lo que ella dijo que le pasaba porque no tomaba Mate. En ese entonces, los domingos en Salta, no se acostumbraba encontrar los comercios abiertos, mi papá, que la adoraba, salió en el horario de la siesta a buscar todos los elementos para el Mate. ¡¡Se caminó casi toda Salta y con el calor que hacía!!. Por suerte logró comprar todo el equipo. Es un recuerdo que me quedó del gran amor de mi papá por mi mamá».

 

Melina Nievas

«En mis tiempos de universitaria viajaba de mi pueblo hasta la capital de Santiago del Estero. el dueño de la combi y chofer siempre me llevaba en los asientos de adelante. Al poco tiempo de viajar empezó a enseñarme como cebar un mate amargo, cual si fuera un ritual lo observaba y así fui aprendiendo. una madrugada «pilin» me pidió que esa vez prepare yo el mate. supuse que podía hacerlo. era de esos Mates tamaño inodoro al que le entraba media kilo de yerba. Recuerdo que lo preparé, lo serví y se lo dí, me miró, hizo el primer sorbo, freno el transporte y me dijo algo decepcionado: tira toda la yerba y volvé a prepararlo,  lo hice una vez más y desde ese día siempre tomo mate amargo. todavía no entiendo por qué me hizo tirar ese primer mate. Ya no está para contarme, el Barba lo debe tener entre sus cebadores. supongo que haciéndome tirar todo el mate, quiso enseñarme la humildad con la que uno debe preparar el mate y el empeño como muestra de cariño al compartirlo. Sin querer contando esto se me pianta un lagrimón».

 

Miguel Viglione

«2.30 de la madrugada, me levanto, bajo a la cocina, y pongo el agua a calentar, voy al baño, y cuando salgo, el agua ya estaba hirviendo. Con el taxi en la puerta, tomo mi termo, mate, billetera para el cambio, y algunas monedas. El señor Es conmigo y mi mate, sin mate no hay dia de luz, más todo parece que no tiene gracia. El mate es amigo, compañero, testigo del amor».

 

Ceferina Ortellado

«Yo tomo Mate con mi marido desde las 4am y hablamos de muchas cosas, de cosas que pasaron y  de nuestros planes, y así hace ya 23año y seguimos como el primer día, el mate es mi mejor compañía».

 

Teresa Maciel de Rotela

«Aprendí a tomar mate cuando empecé a trabajar, siendo vendedora y compartiendo con mis compañeros».

 

Gabriela Ocampo

«Cuando nos juntabamos con mis amigas de adolescentes, era la única que tomaba Mate, ellas tomaban té. Pero con el tiempo las fui volviendo Locas x el Mate y ahora siempre que nos juntamos ¡¡hay Mate de por medio!!».

 

Any Córdoba

» Cada vez que escucho a alguno de mis hijos pedirme unos Mates, me hacen acordar a la primera vez que me lo pidieron. Mi primer hijo, Tommy a los 12 años y mi segundo hijo, Luky a los 10 (y de leche). Nos hace dar cuenta a mi esposo y a mí lo rápido que crecieron. Hoy Tommy de 20 y Luky de 15, son mis hermosos compañeros de las mateadas».

 

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